Lucifer

martes, 27 de mayo de 2008


un nombre un pelín excesivo para este dispensador de cerillas, cuya gracia reside en que en el agujerito por donde sale la cerilla tiene paredes recubiertas del rascador clásico para encenderlas, de forma que te permite coger una y encenderla en el mismo gesto y sin riesgo de quemaduras. Ideal para los miedosos con el fuego! Además se complica todo un poco y dudo que los niños pequeños puedan jugar con ellas (y comérselas, claro, todo un clásico.)
la web de los creadores Feeladdicted studio, aquí