Tan real que, de hecho, aquella instantánea brutal de un niño moribundo con un buitre a su lado espernado a comérselo como carroña tuvo como repercusión no sólo los mayores premios, sino que al fotógrafo le preguntaban todo el rato por qué no había hecho algo para salvar al niño. La presión fue tan brutal, y el remordimiento tal que se acabó suicidando. escalofriante.
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4 cositas:
Tan real que, de hecho, aquella instantánea brutal de un niño moribundo con un buitre a su lado espernado a comérselo como carroña tuvo como repercusión no sólo los mayores premios, sino que al fotógrafo le preguntaban todo el rato por qué no había hecho algo para salvar al niño. La presión fue tan brutal, y el remordimiento tal que se acabó suicidando. escalofriante.
ya te digo... fría me he quedado...!
Espectacular...
et quedes a quadres...
Cuando lo vi ,y...a pesar que lo ves venir, te deja impresionado y con el vello de punta. Y sobre todo, real como la vida misma...
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