Si teníamos dudas de qué era lo peor que le podía pasar a un croisant, es porque jamás nadie se preguntó (hasta ahora) qué es lo peor que le podía pasar al clásico compañero de postre (de toda la vida) de domingo... el flan! ñif!
y qué es lo peor?
jueves, 15 de noviembre de 2007Etiquetas: experiencias
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